El castaño europeo (castanea sativa), muy abundante en el Parque Natural de Redes, es un árbol de hasta 25-30 m., de tronco derecho, corto y grueso (hasta 2 m de diámetro) y de corteza lisa, cenicienta o pardusca hasta los 15-20 años, después castaño-oscura y agrietada longitudinalmente con ramitas lampiñas, castaño-rojizas.

Esta especie requiere de un clima suave y una humedad adecuada para su crecimiento y la producción de castañas. Es sensible a las fuertes sequías estivales y a las grandes heladas invernales, perjudicándole las tardías de primavera y las escarchas precoces del otoño. Le gustan los terrenos silíceos, no tolera los suelos calizos. En hábitats boscosos puede tolerar una sombra ligera; se encuentra bien en laderas de montaña algo frescas pero calientes durante el verano, que es cuando se forman sus frutos.

En los últimos tiempos, este magno árbol ha retrocedido enormemente, debido, en gran parte, a dos terribles plagas: la tinta y el chancro, pero su enorme vitalidad y la facultad de rebrotar de cepa aseguran la supervivencia de muchos castañares.

Las hojas se usan como expectorante, antitusivo, astringente, antidiarréico, antipirético y antirreumático. La corteza es astrigente. Indicado para estomatitis, parodontopatías, faringitis, bronquitis, tos irritativa, gripe, resfriados, diarreas. Los taninos pueden producir molestias digestivas, especialmente en pacientes con dispepsias hipersecretoras. Para paliar este posible efecto secundario, se recomienda administrar las tisanas asociadas a drogas con mucílagos, como el malvavisco.

Su duradera madera se usa para fabricar muebles, tutores para plantas, vigas para decoración y construcción, barriles y vallas. En el Parque Natural de Redes parte de los ejemplares que están enfermos, y bajo petición a los Ayuntamientos, se ceden a los vecinos como leña para sus hogares. Cada uno tala y transporta personalmente los que le han sido asignados y marcados.

En octubre, estos árboles colosales dejan caer su preciado fruto, para disfrute de los animales del bosque, y para que los seres humanos no dejemos pasar la ocasión de recolectar castañas.  Las castañas se consumen crudas o asadas y son utilizadas por los confiteros. La castaña ha sido un recurso alimenticio de primerísimo orden en muchos lugares, en el pasado se consumían durante todo el año, pero el progreso, la introducción de nuevos cultivos y el cambio de hábitos alimenticios amenazan su buena fama y protagonismo.

Te proponemos un estupendo plan para este otoño. En el Parque Natural de Redes te será muy fácil pasear por un precioso bosque de castaños con el suelo cubierto de hojas y recoger las castañas del mismo suelo. Luego decide si quieres tarde de chimenea, manta y castañas asadas o prefieres algo más elaborado. Te proponemos dos recetas:

MERMELADA DE CASTAÑAS 
500 gramos de castañas.s
250 gramos de azúcar (mejor moreno de caña).
100 ml de brandy.
media manzana.

– Realizar un corte con una navaja, así se pelaran mucho mejor.
– Hervimos las castañas con un poco de sal unos 3 o 4 minutos, después las sacamos y le quitamos todas las pieles.
– Una vez sin pieles y completamente limpias, es cuando se pesan para ponerles el azúcar necesario.
– En una olla pondremos un par de vasos de agua, el brandy, el azúcar y media manzana troceada.
– Cuando comience a hervir ponéis las castañas.
– Hervir 15 minutos todo junto, sacamos todo y lo pasamos por la trituradora hasta dejarla con una textura bien suave y fina.
– Pasar por el fuego todo triturado otra vez con el fuego un poco más flojo y sin dejar de remover hasta que se consiga la textura de la mermelada deseada.

CREMA DE CASTAÑAS Y CHAMPIÑON (4 pers.)
400 g de champiñones
400 g de castañas cocidas peladas
3 puerros
2 cebolla morada
4 cucharadas de nata
agua, aceite de oliva, sal, pimienta

– Picar finamente cebolla y puerros, y pochar en una cazuela con un chorro de aceite.
– Limpiar y picar los champiñones e incorporarlos a la cazuela.
– Cuando todas las verduras estén bien pochadas, incorporar las castañas cocidas. Salpimentar.
– Cubrir con abundante agua, tapa y cocina a fuego medio durante 30 minutos.
– Triturar, colar para que quede una crema más fina y añadir la nata.
– Remover y dejar hervir durante 5 minutos.
– Retirar la espuma si es necesario.