El haya (Fagus sylvatica) es un árbol de hoja caduca que alcanza los 35-40 metros, con un tronco recto y no ramificado, y una copa ovalada en su tercio superior. Conserva la corteza prácticamente lisa durante toda su vida, de un gris ceniciento o blanquecino. Hojas alternas ovaladas, de hasta 9 cm. de longitud, de margen ondulado, sin dientes, con una vellosidad en sus bordes cuando son jóvenes, y a veces inexistente al madurar. Tienen un color verde brillante, sobre todo en la primavera.

Tiene flores separadas en el mismo árbol. Las masculinas largamente pecioladas y reunidas en globos con numerosos estambres provistos de antenas amarillas. Flores femeninas reunidas en grupos de 1 a 3 espigas sobre pedúnculos más cortos. Frutos en nuez (hayucos) de entre 1 y 2 cm. de diámetro reunidos en grupos de 1 a 3 dentro de la parte externa. Está cubierta por la cúpula con filamentos endurecidos parecidos a espinas no puntiagudas. Al abrirse liberan los frutos.  Estas semillas son muy ricas en proteínas y aceite vegetal.

Los bosques de hayas se desarrollan en todo tipo de suelos, desde los calcáreos, ricos en bases, a los silícicos, de menor basicidad, lo que conlleva diferencias tanto en la flora acompañante como en las etapas de sustitución, pero lo que siempre necesitan es una alta humedad ambiental. Por eso, suelen encontrarse en las vertientes más expuestas a vientos húmedos y laderas umbrías y lluviosas. La razón de que crezcan mejor en estas condiciones que la alta humedad les ayuda a compensar la alta transpiración de sus hojas. La característica más llamativa de los hayedos es la oscuridad de su sotobosque. Las ramas crecen muy horizontales unas a otras de manera que las hojas puedan absorber la mayor cantidad de luz posible dejando que no llegue más de un 5 % al suelo, por lo que suele ser una especie muy preponderante en sus bosques. Aun así, en zonas aclaradas de estas formaciones, pueden encontrarse otras especies como el tejo, el acebo, serbal silvestre, mostajo y otros árboles típicos del tipo de bosque anterior. También es característico el suelo del hayedo lleno de hojas de haya y de ramas en descomposición que crean un ambiente rico en nutrientes aunque sea una formación de suelo oligotrofo.

Es la clase de bosque más abundante de Redes, ocupando más de 9.000 ha.

Curiosidades curiosas:

  • Los hayucos servían para el engorde del ganado de cerda y también para la extracción de un aceite para quemar o para usos comestibles que tiene la propiedad de no volverse rancio.
  • El fruto está delicioso en ensalada. Cógelos en otoño, si miras bien al suelo en un hayedo, el suelo está lleno.
  • Sus hojas se emplean en el tratamiento de los síntomas gripales, resfriados, bronquitis, faringitis, odontalgias y diarreas. A partir de la destilación seca de las ramas se obtiene la creosota, compuesto fenólico con propiedades de balsámico y antiséptico.
  • La madera de haya está muy relacionada con la aparición de la escritura. Según la tradición, los germánicos escribían sobre el futuro grabando en unas tablillas de madera conocidas como runas. Parece ser que de haya…
¡Recuerda!

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