El ágil y resistente rebeco, también llamado Robezu en Asturias, tiene aspecto de cabra, no suele pesar más de 25 Kg. aquí y no supera los 75 cm. de altura. Sus cuernos son rectos, delgados, y miden menos de 25 cm. Su pelo es rojizo en verano y gris pálido en invierno y tienen la cola corta. Los machos y las hembras son bastante parecidos (macho algo mayor en tamaño y cornamenta) y viven en grupo, aunque las madres y las crías viven separadas del grupo mandadas por una hembra vieja.
Sentidos de la vista y oído muy desarrollados, pero el olfato es el sentido más potente; puede captar la presencia de un hombre a 800 m. de distancia. Emiten un corto balido, sordo y ronco; durante el celo el macho produce roncos sonidos guturales. El celo tiene lugar durante el mes de noviembre y suele durar todo el mes, existiendo las peleas entre los machos. Después de una gestación de unos 165 días, tiene lugar el parto entre los meses de mayo y junio. El parto suele ser de un sola cría. La madurez sexual la alcanzan hacia los dos años de edad, aunque los machos no participan en el celo hasta los 3-4 años y las hembras suelen tener el primer parto, aproximadamente, a los 4 años.
Se trata de un animal perfectamente adaptado a las condiciones de la alta montaña: dispone de membranas interdigitales, que aumentan la superficie de apoyo sobre la nieve, y un espectacular equilibrio y facilidad para la escalada.
El rebeco es un rumiante que come principalmente plantas herbáceas (gramíneas y leguminosas), dependiendo de la abundancia en la zona y de la época del año.