El Acebo es un arbusto o pequeño árbol de la familia de las Aquifoliáceas. Puede llegar a medir 20 m. de altura. Pudiendo llegar a los 500 años, no suele pasar de los 100 años de vida. La versión cultivada forma parte de la tradición decorativa navideña tras sustituir al muérdago, en la tradición occidental católica.

Se trata de una especie protegida. El hecho de madurar sus frutos en invierno, le da a esta planta un valor ecológico muy importante. Y es que es fuente singular de alimento para muchas especies, en particular de pájaros, durante la estación más dura. El urogallo -un ave también protegida en España- se alimenta en pleno invierno de las drupas (y a falta de éstas de las hojas) del acebo.

De tronco recto, porte piramidal, y con copa densa y ramosa desde la base. Tiene la corteza lisa durante toda su vida. Al principio es de un color verdoso y a partir del segundo o tercer año va tomando un tono gris oscuro definitivo. Sus hojas tienen un borde fuertemente espinoso en los ejemplares jóvenes y en las ramas más bajas en los adultos y, ni espinosas lateralmente, ni coriáceas y de color mucho más claro las jóvenes de las ramas superiores de estos últimos. ¡¡Cuestión de protegerse!! Las flores pueden tener hasta 9 mm. de diámetro, algo menos las femeninas; están solitarias o en cimas más o menos densas.

Tradicionalmente se utilizaba para combatir el resfriado, la fiebre y la gripe. Las hojas deben recolectarse en mayo-junio y se secan a la sombra o al sol.

En el Parque Natural de Redes es muy abundante. Lo encontrarás en muchas de las rutas disponibles. Si lo ves, no lo cortes, por favor.

Esperamos que puedas disfrutar de el muérdago pronto. ¡Te esperamos!